El viernes 20 de noviembre fue hecho público el Editorial 10
de Marea Socialista. En el texto la corriente política del proceso bolivariano
señala los peligros a los que se enfrenta el Proceso y las alternativas para
las elecciones del 6 de diciembre.
Allí, el Equipo Operativo Nacional de Marea Socialista
recuerda los planteamientos del Presidente Chávez advirtiendo sobre la
necesidad de recuperar el contacto directo de los altos dirigentes con el
pueblo que vive de su trabajo. El documento señala también que la dirección de
la oposición de derecha está embriagada por las encuestas, las que ha leído
equivocada y parcialmente lo que les impide leer correctamente la situación.
Asimismo, cuestiona el alejamiento de la cúpula oficial de la
realidad del pueblo chavista y propone un voto de lucha y organización por los
candidatos de Marea Socialista, afirmando que son candidatos de lucha y con
propuestas.
Lo que está en juego el
6 de diciembre
“Cuidado,
si no nos damos cuenta de esto, estamos liquidados y no sólo estamos
liquidados, seríamos nosotros los liquidadores de este proyecto”. Hugo Chávez. Golpe de Timón. 20/10/2012
A
casi 3 años del fallecimiento del Comandante Chávez, las palabras que reproducimos
arriba parecen más que una advertencia una premonición. ¿“Seremos nosotros
(decía Chávez, hablándole a la alta dirección política del partido, del
gobierno y del proceso) los liquidadores de este proyecto”? Esa dirección, a la
que interpelaba el Comandante, ¿se estará dando cuenta del verdadero peligro
por el que transitamos? ¿Tendrá idea de la grave amenaza que esconde este
proceso electoral como lo están manejando? A esos dirigentes, de ser
conscientes del peligro, ¿les importará que así sea?
Y nos adelantamos. No es solo el
riesgo de la agresión imperialista, o los intentos del fascismo, que sabremos enfrentar unidos, en
la calle, como lo hemos hecho a lo largo de estos años de lucha, sin renunciar
a nuestro derecho a la crítica y a la propuesta. No es, tampoco, la amenaza de
una dirección de la derecha, gastada en sus derrotas repetidas hasta el
hartazgo y en sus dirigentes anquilosados, rígidos. Una oposición amontonada
más que unida, por su antichavismo visceral, racista, reaccionario. No. El peligro
que señalaba el propio Chávez, lo hacía en el contexto en el que inscribe la
frase que encabeza este editorial.
Antes de advertir, Chávez
reclamaba, sufría, la separación de su equipo de gobierno de las necesidades de
su gente, de su base social, del pueblo bolivariano y del que vive de su
trabajo. ¿Por qué los ministros no se van
tres días a vivir a un barrio y no solo recorren las esquinas en campaña
electoral?, les reclama, enfermo, triste,
desesperado, presintiendo las grandes dificultades que se avecinaban.
Y
no lo hicieron, ni entonces ni ahora se acercaron a nuestro pueblo. Por el
contrario siguieron alejándose, ahora más lejos y más rápido que entonces.
Tanto se alejaron y se alejan, que ya les resulta imposible escuchar los
reclamos, las molestias, las angustias de un pueblo paciente, sí, pero no
pendejo. Angustias que por supuesto ellos no viven.
Por
eso, independientemente del resultado de las elecciones del 6D, lo que está en
juego, en riesgo real, es que se acentúe y acelere el curso de liquidación del
Proceso Bolivariano desde adentro, y será por responsabilidad de sus más altos dirigentes. Que la
revolución caiga como una fruta podrida, como una cáscara vacía, por la
desmoralización de un pueblo que rechaza lo que considera graves errores. Una
dirección que no supo o no quiso escuchar las advertencias de Chávez, ni las
críticas y propuestas de corrección que vienen desde las bases del Proceso.
1.- La dirección de la oposición
de derecha, encandilada por lo que cree que dicen las encuestas, no ha sabido
leer la realidad. Los mismos nombres y apellidos, las
mismas frases vacías, las mismas amenazas, la misma intolerancia, las mismas
denuncias huecas que han realizado durante estos 16 años, son las que hoy
repiten los Ramos Allup, los Julio Borges, los Capriles, los Chuo Torrealba,
los López, los Ledezma, las María Corina y su parranda de sifrinos y sifrinas
que creen que ahora si podrán salir de Chávez, que de eso se trata para ellos.
Pero se romperán una vez más la cabeza contra la pared.
Las encuestas los embriagan. Es la primera vez en 17 años, que
esas encuestas dicen que ganaran y sin retorno, según ellos. Miran unos números
que les dan entre 25% y 30% de ventaja y corren a vestirse. Creen que serán las
estrellas de un baile para el que no están preparados y al que no han sido
invitados. Este encandilamiento, aunque ganen, los lleva una vez más al fracaso.
Porque, aún ganando la mayoría de
la Asamblea Nacional, aún dándose el voto o la abstención “castigo”, esta oposición estallará el 7 de diciembre
en cinco, diez, cien pedazos. Creyendo abierta la carrera presidencial, se
anotarán, no menos de cinco candidatos que sienten que se lo han ganado,
después de tantas derrotas no reconocidas. Tan lejos están de las necesidades
reales de nuestro pueblo como la nomenclatura que gobierna. Ellos, la
dirigencia de la oposición, tampoco saben escuchar. Y no les interesa, nunca lo
han hecho.
El dato que no toman en cuenta, que no quieren leer, aunque lo
tienen enfrente de sus narices, les impide ver la realidad, pero es el
principal dato de esta elección. Se los diremos con sus propias encuestas. En
el último año, el sector del electorado que ha crecido de manera sostenida y
consistente son los “independientes”. Esos que hoy representan según las
distintas encuestas entre un 25 y 35% y en algunas llega hasta el 40% de los
electores, en su absoluta mayoría provienen de votantes del proceso
bolivariano. Estos “independientes” hoy molestos no quieren votar por un PSUV
que los maltrata, se los lleva por delante, les ordena pero no oye. Ni por un
polo patriótico que quiere mostrarse distinto, pero que permanece amarrado a
una supuesta y falsa Alianza Perfecta esperando la recompensa de uno que otro
cargo.
Pero esos votos de Chávez, no van
todos para esta oposición elitista y soberbia. Es cierto que nuestro pueblo está
molesto con la dirección del proceso, tan distinta a Chávez. Pero se sigue
viendo como parte constructora del proyecto bolivariano. Unas veces más y otras
menos fue sujeto de las conquistas logradas que tiende a defender, sobre todo a
recuperar. Y aunque haya perdido confianza y ya no le cree a la burocracia
partidaria y estatal, tiene muy claro que no es con aquellos dirigentes de la
oposición que conseguirá defender sus derechos.
Ellos,
los dirigentes de la oposición, podrán ganar unas elecciones, si se provoca una
abstención castigo o voto castigo, pero enfrentados a las exigencias de nuestro
pueblo, su triunfo supuesto tendrá pies de barro.
2.- Del lado del PSUV-GPP tampoco
entienden. Y lo que no entiende la nomenclatura es que no se trata solo de la
carestía o de las molestias que provoca el desabastecimiento.
Lo que realmente
fastidia, molesta, enoja a nuestro pueblo es este “periodo especial” impuesto
de manera autoritaria y cruel, que pretenden que aceptemos a la fuerza, sin
debate y en silencio. No ofrecen ni toman medidas de gobierno que muestren un
horizonte de la salida a la crisis. Por el contrario cada una de las medidas
que anuncian, incluso las más demagógicas y electoralistas, fracasa por el
simple hecho de que el pueblo percibe que son falsas.
En su alejamiento sin retorno de
la base del proceso, la nomenclatura gobernante defiende sus propios intereses. Sus privilegios repugnantes.
Prefiere pactar, conversar con parte de esa oposición de derecha y/o en todo
caso, seguir comprando con dólares petroleros, a los más corruptos y
descompuestos de ellos como lo ha hecho con William Ojeda, Ricardo Sánchez o
Didalco Bolívar, entre muchos otros. Mientras que a nuestro pueblo, lo
amenazan, lo chantajean, lo atemorizan. Pretenden culpar al pueblo de una
supuesta falta de agradecimiento hacia los dirigentes. Su simulado llamado a la
unidad es una orden de silencio y obediencia ciega.
Y en su alejamiento de las
necesidades reales de nuestro pueblo, esa cúpula, ha perdido todo decoro. Muestran sin vergüenza los
privilegios escandalosos en los que viven. Llegan a su puesto de diputados,
gobernadores o alcaldes en aviones privados. Ostentan y utilizan como propios
los bienes y los dineros públicos. Se mezclan en la vida social de los altos
círculos del poder económico y viven como ellos. Se vuelven groseros,
intolerantes, irrespetuosos para con el pueblo. Insultan, amenazan y
descalifican a aquellos de entre los nuestros, que los cuestionan.
Están tan lejos de las penurias
que soporta diariamente nuestro pueblo que ya ni oyen el sonido de mar de fondo
que ellos provocan en la base chavista y en las familias trabajadoras. Así y todo el GPP, puede todavía
llegar al diputado 84, el 85 o algo más en estas elecciones. Pero hay algo que
ya no recuperarán: el cariño, la confianza de un pueblo que después de casi
tres años de espera se siente completamente defraudado.
3.- Votar las candidaturas de
lucha que apoya Marea Socialista para poner en pie una alternativa. Después de impedir nuestra
legalización, desde la misma cúpula que cada día está más alejada del pueblo
que vive de su trabajo, amenazan: “será Marea Socialista responsable de que la
oposición gane la asamblea”. Cómo si no hubiera sido suficiente con la persecución,
la retaliación, la razzia y la confiscación de derechos políticos que se ha
hecho contra Marea Socialista durante más de un año. Primero desde las
instituciones, luego anulando desde el CNE el 70% de las candidaturas
presentadas. Pero ahora intentan presionar a nuestros candidatos y sus familias
para que nos retiremos de la participación electoral.
El descaro es monumental. Resulta
que una pequeña corriente, “cuatro gatos”, según voceros oficiales y oficiosos, sería la culpable del rechazo que nuestro
pueblo siente por la cúpula oficial y por la cúpula podrida de la oposición que
afirmó que las terceras opciones serán convertidas en “arena de playa y polvo
cósmico”.
Pero a pesar de todo, nuestras
candidaturas siguen la lucha. Presentando propuestas, señalando los errores del
gobierno y denunciando las provocaciones de la oposición. Y sobre todo preparándose para lo
que viene luego del 7 de diciembre. Luchan por que se apliquen medidas de
emergencia para salir de la crisis. Buscan romper la falsa polarización para
lograr que entre a la Asamblea Nacional al menos una voz del pueblo que vive de
su trabajo. A diferencia de los candidatos de la falsa polarización, las
candidaturas que apoya MS tienen propuestas.
Frente a la quiebra política de
las direcciones del proceso que hoy se expresan en las candidaturas elegidas a
dedo por la cúpula del PSUV, nuestro objetivo principal en esta campaña es dejar
sentadas las bases para la construcción de una gran alternativa política que
recupere el rumbo anticapitalista, de independencia nacional y justicia social
del Proceso Bolivariano.
Si resistimos todas las amenazas
y presiones… si intentamos superar todas las maniobras y medidas autoritarias
tomadas contra nuestras candidaturas… si en un esfuerzo autónomo sin recursos, en una
campaña a pulmón y autofinanciada, seguimos de pie frente a toda la injusticia
y las arbitrariedades, es porque tenemos una confianza invencible en nuestro
pueblo y en la necesidad histórica del proyecto bolivariano.
Lo que
se juega el 6 de diciembre es, como diría Chávez en aquel Consejo de Ministros, “el
destino de nuestro proyecto”. Y nosotros queremos que se sepa. No estamos dispuestos a ser cómplices de
los artífices de su “liquidación”.
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