El 101º departamento francés ha vivido desde el 30 de marzo al ritmo de una
huelga general indefinida hasta casi finales de abril, iniciada a su vez a raíz
de las dos jornadas de huelga contra la Ley del trabajo, pero en ningún medio
se ha hablado de sus barricadas en la Francia metropolitana, ni una línea, ni
un segundo, y sin embargo Mayotte es un departamento francés.
En realidad es porque los 213 mil habitantes de Mayotte viven en una de las
peores sociedades coloniales: hasta el 82% de la población vive por debajo del
umbral de la pobreza mientras que el coste de la vida es más elevado que en el
continente, la tasa de paro es del 20% (46,5% en jóvenes) sin añadir el sumergido,
y el analfabetismo bate records. Sólo hay un centro hospitalario con 2 camas
para cada 10.000 habitantes y el número de escuelas es tan insuficiente que a
veces los docentes rotan.
La situación social de la isla era y es explosiva. Los huelguistas y manifestantes
quieren la aplicación inmediata e integral en Mayotte del código laboral de
Francia, la aplicación inmediata de los convenios colectivos nacionales, la
equiparación de las pensiones mínimas al nivel de la metrópoli, la toma en
cuenta de la antigüedad en l@s trabajador@s de la función pública y la
equiparación de toda las prestaciones sociales.
A mediados de marzo un colectivo de ciudadan@s había enviado una petición al
Elíseo para reclamar medidas de urgencia y la toma en consideración de la situación
económica y social inquietante que sufría el departamento. Este grito de alarma
había sido firmado por más de 12 mil habitantes, un 10% de la población de la
isla.
Pero el eslogan de “igualdad real” hace también referencia al informe del mismo
nombre del diputado del PS Victorin Lurel al gobierno que debería regular los
próximos 25 años en los territorios de ultramar: supresión del aumento del 40%
de los salarios de los funcionarios, aumento de impuestos sobre las mercancías
y el IVA para financiar la eliminación de las contribuciones fiscales de la
patronal. El PS busca en Mayotte tasar a los más pobres para dar más a los
ricos.
Para defender esta Ley del trabajo colonial contra los manifestantes, el poder
ha hecho sacar sus carros blindados. Ya en noviembre, cuando se inició el
movimiento que fue interrumpido por el estado de emergencia, su policía disparó
munición real sobre los jóvenes. Romper el silencio sobre la huelga general en
Mayotte es el mínimo para la clase obrera de la potencia colonial. También
vincular su lucha a la de los residentes en el departamento porque la “Noche en
pie” es la misma aquí y allí.
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