jueves, 15 de octubre de 2015

ITALIA: ENTREVISTA A ANGELO CARDONE, DEL COLECTIVO GUEVARA

Reproducimos aquí la entrevista que aparece en la Revista de IZAR de este mes a nuestro compañero italiano Angelo Cardone, del colectivo Guevara.

¿Cuál es la situación actual de la lucha de clases en Italia?

En Italia cada vez se hace más duro el ataque a los derechos de los trabajador@s por parte de la patronal, favorecidas por el gobierno Renzi. Despidos, cierre o reestructuración de empresas, deslocalizaciones, etc. Los trabajador@s intentan responder, por desgracia sólo cuando son golpeados directamente, con luchas y piquetes delante de las fábricas, pero estas luchas se quedan aisladas y muchas veces concluyen con la derrota y la adopción de “contratos de solidaridad”, la aceptación de la disminución de salarios por las empresas para evitar despidos. 

En este momento no existe un movimiento unitario de trabajador@s significativo, sobre todo por la responsabilidad de la dirección de la CGIL que desde hace muchos años tiene un comportamiento cómplice con la patronal y los gobiernos, y por la incapacidad de los trabajador@s de dotarse de dirección alternativa. Los sindicatos de base en conflicto (USB, Cobas) son minoritarios y no consiguen desencadenar dinámicas de lucha unitaria. 

¿Cuáles son los ataques del gobierno de Renzi y la valoración que hace la izquierda anticapitalista? 

Renzi es el que ha completado la transformación del Partido Democrático en sentido “hiperliberal”. Puede ser definido como el Tony Blair italiano. Su gobierno recorta en gasto de estado del bienestar y prepara nuevas reformas para disminuir las pensiones. Está desencadenando un ataque contra los empleados públicos, como los profesores con la reforma de la educación, llamada “Buena escuela”. Pero el ataque contra los trabajador@s públicos también es propagandístico, acusando a los funcionarios de absentismo, la indemnización por enfermedad y el derecho a huelga. 
Además, una de las primeras medidas del gobierno Renzi fue la Jobs Act, una reforma laboral que completa el ataque de otros gobiernos a los derechos de los trabajador@s. Y convierte en permanente y “normales” las formas de trabajo flexible, los empleos precarios y mal pagados. Luego está el llamado “Plan casa”, que facilita los desahucios y criminaliza las ocupaciones de viviendas vacías.

La izquierda anticapitalista en Italia por desgracia está fragmentada en diversos grupos y organizaciones. Aunque es consciente de la gravedad de los ataques y muchos de sus militantes dirigen luchas, no consigue tener una respuesta adecuada a la situación. 

¿Cuál es el origen del Colectivo Guevara y su trabajo e intervención política?

El Colectivo Guevara nace de la disolución de Sinistra Critica, por parte de un grupo de militantes que no compartió la política de apoyo a Syriza. El Colectivo Guevara está presente sobre todo en Puglia. Organizamos luchas con trabajadores inmigrantes (por ejemplo, gestionamos la ocupación de un inmueble con refugiados sin casa en Bari), trabajamos con la solidaridad internacionalista (hemos empezado desde hace un año un proyecto en la franja de Gaza) e intentamos apoyar las luchas de los trabajador@s en algunas fábricas y luchas medioambientales en nuestro territorio. Somos un grupo todavía pequeño pero trabajamos por la coordinación y unidad de los anticapitalistas.

¿Cuál es vuestra opinión sobre los nuevos proyectos de la izquierda europea, Syriza y Podemos?

En Italia muchas personas de izquierda han creído que Syriza en el gobierno podía de algún modo frenar la austeridad impuesta por la troika. Nosotros hemos intentado desde el principio alertar sobre esta situación. El caso griego se ha convertido en la enésima demostración de la incapacidad de los “reformistas” de ser de alguna utilidad para los trabajador@s, y de cómo éstos pueden convertirse en los mejores ejecutores de las políticas de las clases dominantes, como hace Tsipras con el memorándum. A nosotros nos parece que Podemos está siguiendo la misma vía que Syriza.

El rumbo de estas dos conocidas formaciones demuestra que no puede existir una política “anticapitalista” en coaliciones reformistas. Cuando los anticapitalistas optan por la unidad política con los reformistas están destinados a fracasar, porque aceptan esta unidad sobre el terreno de las instituciones burguesas, donde no tienen ningún margen de maniobra, y están condenados a no ser influyentes y a sembrar ilusiones, haciéndose responsables de las traiciones a la clase trabajadora de los reformistas.

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