lunes, 27 de julio de 2015

GRECIA: TSIPRAS CAPITULA FRENTE A LA TROIKA. EL ACUERDO TSIPRAS-TROIKA POENA A GRECIA BAJO TUTELA DE LA UE. COMBATIR ESE ACUERDO Y PROPONER UNA ALTERNATIVA ANTICAPITALISTA A LA AUSTERIDAD.


La nota que a continuación publicamos está inspirada ampliamente de una nota realizada por compañer@s de las plataformas 3 y 5 del comité ejecutivo del NPA.


Una semana después de la victoria del NO en el referéndum en Grecia, Tsipras ha aceptado un acuerdo aún peor que el que fue rechazado por el pueblo griego. ¿Cómo se ha podido llegar a esta situación? ¿Qué perspectivas hay que poner sobre la mesa?

El contenido del acuerdo del 13 de julio
El acuerdo del 13 de julio surge de las propuestas de Tsipras del 9 de julio (ver más abajo), pero endureciéndolas considerablemente.

Ha sido fijado un calendario acelerado para la votación de las primeras contrarreformas: de aquí al 15 de julio, el parlamento griego tendrá que votar el aumento del IVA, medidas sobre las jubilaciones, y una regla de reducción automática del gasto público en caso de «pasarse» con respecto al tope de excedente primario fijado.

Más allá de las medidas propuestas por el gobierno griego el pasado 9 de julio, el gobierno tendrá entre otras cosas que tomar medidas suplementarias con respecto a las jubilaciones, liberalizar aún más el mercado de los productos (abrir los domingos, desregulación de las profesiones protegidas, etc.), privatizar el operador eléctrico (ADMIE) y facilitar los despidos colectivos.
Pero eso no es todo. Más allá de las medidas suplementarias, el acuerdo del 13 de julio pone sobre todo a Grecia bajo tutela y esto se traduce en que:

- Un fondo, supervisado por las instituciones europeas, estará encargado de privatizar 50 mil millones de activos públicos. Se trata de un descuartizamiento del país, teniendo en cuenta que los gobiernos anteriores «sólo» habían privatizado 5 mil millones de activos. Los ¾ del montante de las privatizaciones servirán para pagar la deuda, sólo ¼ podrá servir para la inversión.

- La administración griega se verá «despolitizada» «bajo el control de la Comisión europea»; una propuesta de ley tendrá que ser presentada de aquí al 20 de julio.

- El gobierno griego tendrá que someter y tener el acuerdo de la Troika antes de poder someter al parlamento propuestas de ley sobre cuestiones importantes.

- El gobierno griego tendrá que modificar las leyes votadas desde enero y contrarias al acuerdo del 20 de febrero (salvo la ley sobre la crisis humanitaria).

- La lógica del acuerdo es la siguiente: el gobierno tendrá que demostrar que respeta sus compromisos para poder obtener nuevos préstamos.

Ninguna anulación parcial de la deuda («haircut») ha sido acordada: “La cumbre de la zona Euro insiste en que no se puede proceder a ninguna exoneración nominal de la deuda”. Ninguna reestructuración de la deuda (mediante diversos mecanismos) ha sido acordada. El acuerdo estipula simplemente que eventualmente futuras medidas podrán ser discutidas, y que éstas estarán de todos modos condicionadas a la puesta en marcha integral de las órdenes de la Troika (BCE-FMI-Comisión Europea). Mientras tanto, el gobierno se compromete a pagar íntegramente y en su debido tiempo a los acreedores.

Este acuerdo es, por tanto, peor que la propuesta de los acreedores que fue sometida en referéndum el pasado 5 de julio. Se le añade efectivamente una puesta bajo tutela humillante a Grecia.

¿Por qué Tsipras acepta hoy un acuerdo peor que el que rechazó hace algunos días?
Desde su elección, Tsipras ha adoptado una estrategia que sólo podía conducirle al desastre que conocemos hoy. En efecto, ni tan siquiera rechazando la posibilidad de 

considerar una ruptura con la Troika, se ha condenado a ceder cada día un poco más. Mediante el acuerdo del 20 de febrero, renunciaba a toda medida unilateral y por tanto renunciaba a intentar aplicar su programa. Desde entonces, la Troika ha asfixiado a Grecia dejándole de prestar dinero mientras que Tsipras seguía pagándole a los acreedores. A finales de junio, incluso después de haber hecho una propuesta que integraba la casi totalidad de las exigencias de la Troika, ésta seguía pidiendo más. Tsipras lo rechazó entonces, pero, en lugar de romper con la Troika, llamó a un referéndum, indicando que una victoria del NO le permitiría doblegar a la Troika y obtener un mejor acuerdo.

A pesar de la victoria del NO, la relación de fuerzas era cada vez más desfavorable para Tsipras. En efecto, la Troika asfixió la economía griega cortando la liquidez de los bancos griegos. Los bancos tuvieron que cerrar, se limitó la retirada de dinero y empezó un martirio para l@s grieg@s. Rechazando la posibilidad de considerar un plan B, y con la economía griega hundiéndose, Tsipras sólo podía acabar suplicando a sus verdugos clemencia. Y por supuesto, éstos no le hicieron ningún regalo, exigiendo entonces lo máximo.

Del referéndum del 5 de julio al acuerdo del 13 de julio
Después de la victoria del NO el pasado 5 de julio, las cosas han ido muy rápidas. Al día siguiente, Tsipras organizó la unión nacional alrededor de una nueva propuesta para los acreedores que recogía en su conjunto el contenido de lo que había sido rechazado por los grieg@s. Varoufakis fue despedido (sabemos hoy que había propuesto tomar medidas unilaterales, por ejemplo requisando el banco central griego: pero ni hablar de poner en tela de juicio las decisiones de la Troika. Aún así la sanción fue inmediata). También el lunes 6 de julio, una declaración común fue firmada por Syriza y los partidarios del SI; y el gobierno griego mandó el mismo jueves una propuesta coescrita con los consejeros de Hollande, que iba mucho más lejos que la última propuesta griega del 22 de junio. El plan de austeridad griego ascendía entonces a 13 mil millones en lugar de los 8 mil millones anteriores. Las medidas contra las jubilaciones eran endurecidas, las medidas contra los más ricos suavizadas, tal y como exigía la Troika. Y Tsipras sólo mostró resistencia en la cuestión de la reducción de los gastos militares...

Tsipras justificó este giro en base a las dos concesiones o promesas realizadas por los acreedores. La primera fue un plan de inversión de 35 mil millones de euros, que en realidad ya estaba previsto por la Comisión Europea, y que consistía únicamente en desbloquear unos fondos estructurales y agrícolas europeos actualmente congelados por Bruselas. La segunda concernía la reestructuración de la deuda. Hoy, podemos constatar que Tsipras no ha conseguido ninguna de esas dos concesiones.

Hollande saludó inmediatamente el plan de Tsipras del que era coautor...Pero como era de esperar, el Eurogrupo del sábado 11 de julio quiso aprovecharse de su posición de fuerza para obtener concesiones suplementarias de Tsipras. Desde el principio de la reunión, el presidente del Eurogrupo Dijsselbloem explicó que las reformas presentadas por el gobierno griego “no eran suficientes” para considerar un acuerdo sobre la reanudación de la ayuda internacional a Atenas. Fue apoyado por el ministro de finanzas alemán Schäuble. Éste propuso entonces un plan de puesta bajo tutela de Grecia que consistía en la transferencia de 50 mil millones de activos públicos griegos en un fondo gestionado por la UE que acabaría privatizándose para pagar la deuda griega; la puesta bajo tutela de la Comisión Europea a la administración griega; y recortes automáticos de los gastos públicos para alcanzar el límite del déficit público. En el caso de no aceptarse dicho plan, Schäuble proponía una salida de Grecia del euro durante 5 años. Podemos ver hoy que las propuestas de Schaüble están en su mayoría recogidas en el acuerdo firmado el lunes. Lo único obtenido por Tsipras es la localización del fondo de gestión de los activos públicos en Grecia...pero este fondo estará supervisado por la Troika.

¿Qué posicionamiento por parte de la izquierda de Syriza?
En la noche del viernes 10 al sábado 11 de julio, el parlamento autorizó masivamente a Tsipras para seguir con las negociaciones con la Troika en base a esas propuestas. Todos los partidarios del SI en el referéndum votaron a favor de las propuestas de Tsipras. En cuanto a l@s diputad@s de Syriza, sólo 2 votaron en contra, de los cuales se encuentra la diputada Gaitani del grupo DEA. L@s diputad@s de la plataforma de izquierdas votaron a favor (en su mayoría) o se abstuvieron. La izquierda de Syriza criticó el plan de Tsipras, defendiendo una salida del euro, una nacionalización de los bancos, y la anulación de la parte más grande de la deuda...pero rechazó bloquear la firma de un acuerdo odioso. L@s diputad@s de la izquierda de Syriza (salvo dos) mantuvieron, por tanto, su apoyo al gobierno al mismo tiempo que criticaban las propuestas que iban a conducir al acuerdo del 13 de julio. Lafazanis, principal dirigente de la plataforma de izquierdas (él se abstuvo), resumió el posicionamiento de dicha plataforma de la siguiente manera:“apoyo al gobierno pero rechazo apoyar un programa de austeridad”. Mientras que Primikiris, otro dirigente de la izquierda de Syriza (él votó a favor) explicaba:“Hemos decidido, como corriente, votar a favor, no a favor del plan en sí sino a favor del gobierno para que siga negociando”. En lugar de organizar inmediatamente la resistencia, los principales dirigentes de la plataforma de izquierdas han dejado a Tsipras hacer y deshacer y han contribuido a desorientar a la base de Syriza.

Desde el anuncio del acuerdo el lunes por la mañana, cada vez más diputad@s expresan su malestar y su rechazo al acuerdo, pero la incertidumbre se mantiene en cuanto a su posicionamiento exacto (abstención o voto en contra). L@s que son cercan@s a Tsipras amenazan con represalias para acallar a un máximo de recalcitrantes: Stathakis, el ministro de Economía, ha indicado que l@s diputad@s que no respeten la disciplina deberían ser expulsados del partido. Lafazanis ha indicado que no votaría a favor del acuerdo, sin precisar si se abstendría o si votaría en contra, insistiendo en que quiere permanecer en el gobierno (Kammenos, el dirigente de ANEL, la derecha soberanista, tiene la misma posición). El martes 14 de julio, apelaba a Tsipras para que diera marcha atrás y rechazara el acuerdo. Hace falta una presión brutal para que una mayoría de diputad@s de Syriza se oponga al acuerdo y rompa con el gobierno. A corto plazo, es posible un gobierno de unión nacional que reagrupase a l@s partidari@s del acuerdo (la derecha de Syriza y tod@s l@s partidari@s del SI en el referéndum) pero sería de inmediato rechazado por ilegítimo.

Sectores de la izquierda de Syriza hacen un llamamiento claro para oponerse al acuerdo y a favor de la movilización. Kouvelakis indica que se trata de una “capitulación total e incondicional” de Tsipras. La juventud de Syriza ha llamado a la movilización el lunes por la noche, y hemos podido ver a números@s jóvenes de Antarsya y de Syriza manifestarse junt@s en Atenas. La respuesta está en marcha...

¡Movilización en Grecia y en el resto de Europa contra el acuerdo Tsipras-Merkel-Hollande!
La traición de Tsipras ha provocado la indignación de números@s grieg@s. Desde ya, sectores de Syriza hacen llamamientos a la movilización contra el acuerdo. También es el caso del KKE, y de nuestr@s compañer@s de Antarsya. El viernes 10 de julio, entre 8000 y 20 000 manifestantes se han opuesto a las propuestas de Tsipras. El domingo por la noche, una concentración más modesta convocada por Antarsya tuvo lugar en Atenas. También tuvieron lugar concentraciones el lunes por la noche.

La principal confederación del sector público (ADEDY) llama a la huelga el miércoles 15 de julio durante la votación del acuerdo en el parlamento griego. Es también el caso del sindicato de los trabajadores municipales (POE-OTA). Lo que está en juego hoy es desbordar todos los sectarismos y que todas las fuerzas del movimiento obrero (KKE, Antarsya, izquierda de Syriza, sindicatos, comités populares...) se unan para construir un gran movimiento de huelga para bloquear el acuerdo de la vergüenza.

Nos solidarizamos completamente con esas movilizaciones en Grecia, y tomamos iniciativas para construir movilizaciones en nuestros respectivos países sobre la base del rechazo al acuerdo. Este acuerdo debe ser rechazado en el Estado Español y en Grecia.

¿Qué alternativa a la austeridad y la puesta bajo tutela de Grecia?
PODEMOS y Pablo Iglesias han salido ya apoyando el acuerdo de Tsipras con la Troika afirmando que era: “tristemente lo único que se podía hacer”. Se han limitado a señalar con el dedo a la mala Alemania. Están demostrado de esa forma hasta que punto su posición anti-austeridad es compatible con su apoyo a políticas de austeridad terribles, bajo la excusa de que había que llegar a un acuerdo sí o sí y que el Grexit era lo peor que les podría pasar a l@s grieg@s. Iñigo Errejón ha insistido en que: “nosotros (PODEMOS) apoyaríamos lo que apoye el Parlamento griego y seríamos respetuosos con lo que apoyaran ellos". 

Lo que ocurre en Grecia muestra el callejón sin salida en el que se encuentran l@s anti-neoliberales. A falta de querer romper con el capitalismo y sus instituciones, se condenan a aplicar las mismas políticas que los liberales. Es esencial, en solidaridad con l@s anticapitalistas grieg@s, que vayamos popularizando una vía alternativa. Ya que la austeridad no es una fatalidad y la movilización podrá desarrollarse siempre y cuando l@s trabajador@s estén convencid@s de que existe una alternativa.

Esa alternativa pasa por la ruptura con la Troika y con las instituciones del capitalismo. Frente a la intimidación del pago de la deuda, contraponemos la anulación de la deuda. Frente al poder patronal, contraponemos la nacionalización de los bancos y de las empresas estratégicas bajo control de l@s trabajador@s. Frente a la dictadura del BCE, contraponemos la expropiación del banco central y el control de l@s trabajador@s sobre la moneda y los intercambios exteriores. Hoy más que nunca, debemos defender esas perspectivas para no dejar el campo libre a la desesperanza y a los fascistas.

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