jueves, 9 de junio de 2016

EDITORIAL SEMANAL DE LA CORRIENTE "ANTICAPITALISME & RÉVOLUTION" DEL NPA FRANCÉS SOBRE LA SITUACIÓN ACTUAL DEL MOVIMIENTO CONTRA LA LEY TRABAJO.

Después de tres meses de lucha, ¡Hay que seguir!
Después de que la ley Trabajo pasara por el Senado, la derecha decidió golpear aún más fuerte y restablecer las 39h. También ha introducido el referéndum a propuesta del empleador : de ese modo, los patrones ya no tendrían ni que esconderse detrás de los sindicatos amarillos para poner en pie su chantaje. 

Esta empeoramiento de la ya existente regresión social es una razón de más para movilizarse contra el gobierno y su ley. En efecto, el gobierno trata ahora de aparecer como un « buen reformista » frente a una derecha más antisocial que nunca. Pero ¿quién ha permitido a los senadores votar esos empeoramientos? Pues el gobierno del Partido Socialista destruyendo el Código del trabajo. No nos dejaremos engañar : no queremos ningún empeoramiento social, queremos que la ley sea retirada en su totalidad. 

No hay nada bueno en esa ley. A algunos diputados les gustaría centrarlo todo en el artículo 2, que instaura la inversión de la jerarquía de las normas. Pero hay 54 artículos en esta ley, y ninguno merece la pena. Más que nunca, hay que movilizarse para imponer la retirada de la ley El Khomri. 

Frente al chantaje del gobierno : amplificar la huelga y los bloqueos para ganar.
Los ferroviarios tienen razón de ligar el rechazo a la ley Trabajo al rechazo por el decreto base (lucha de su sector) ya que las dos cosas son la cara de la misma moneda de la ofensiva de la patronal. En tres meses, la ley El Khomri se ha convertido en el símbolo de toda la política anti obrera llevada a cabo desde hace 4 años por el partido socialista en el poder. En ese sentido el gobierno no se llama a engaño y hace concesiones en el presupuesto de la investigación, en la remuneración de las horas extras de los camioneros o incluso mediante la prima concedida a los docentes. Todo eso con la idea de impedir la coagulación generalizada del descontento y para eso ha decidido tocar la partitura de la división. 

Pero desde esta semana y la huelga reconducible que se extiende en la SNCF (RENFE), que alcanza a día de hoy también a la RATP (metro y buses) y que se mantiene en las rafinerías, la movilización contra la ley Trabajo sigue siendo el telón de fondo de todo. Hasta el punto que a partir de ahora, no se le « perdona » ni una a los  huelguistas : los ferroviarios tienen que parar su huelga en solidaridad con las víctimas de las inundaciones, los asalariados y los jovenes movilizados deben dejar de lado todos sus bloqueos para no perjudicar la eurocopa. Pero les importamos muy poco a todos esos tertulianos a sueldo de la burguesía. Con 47 000 millones de euros en dividendos repartidos a los accionarios este año, ¿quiénes son los privilegiados, los parásitos, los derrochadores ? Están en el Eliseo, en Matignon, en los ministerios y en los consejos de administración de las empresas del CAC 40 (IBEX 35 de allí). 

Lo que hay que conseguir es no dejar solos a los que ya están en huelga, y seguir con la movilización para extenderla. Hay que ayudar a superar las dudas, convencer, hacer de cada uno y de cada una unos militantes del movimiento. Hay que preparar la jornada de huelga del 14 de junio y la manifestación estatal en París pero hasta entonces, sobretodo hay que desarrollar, reforzar las huelgas en las empresas y en el sector público. Éste será el próximo blanco si la ley El Khomri es adoptada. Nunca estuvimos tan cerca de la victoria. 

Se trata ahora de apoyarse en la jornada de huelga interprofesional del 14 de junio como si fuese un trampolín hacía un endurecimiento de la huelga. Eso implica que por supuesto nos movilicemos de manera masiva el 14 de junio pero también que consigamos convencer de que hay que forzar el pulso reconduciendo la huelga a partir del 15. 

El rechazo a la ley trabajo debe permitir hacer converger todas las luchas.
Defendamos también todas las reivindicaciones que puedan contribuir a generalizar el movimiento en el conjunto de los asalariados : prohibición de los despidos, reparto del trabajo entre todos y todas, aumento homogéneo de todos los salarios de 500 euros. Para aquellos y aquellas que están hartos de esta sociedad, basada en los beneficios y en la explotación, y también hartos de los que la defienden, es hora de empezar a hablar de otra forma de gobernar y de hacer funcionar la sociedad. Una forma que permita, por fin, que se respeten las libertades democráticas y que ponga en pie un gobierno cuyo objetivo sea satisfacer las necesidades de la mayoría, un gobierno de los trabajadores al servicio de los trabakadores. Valls, Hollande, Gattaz pueden irse, podemos hacer funcionar la sociedad sin ellos. Ellos tienen los millones pero nosostros somos millones.

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