Comunicado de Izquierda Anticapitalista Revolucionaria (IZAR)
Ante la inminente detención de Diego Cañamero para declarar
ante en los juzgados en relación a la ocupación pacífica de la finca de Las
Turquillas, desde Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR queremos
declarar:
Nuestra más absoluta repulsa
hacia la represión que el estado ejerce contra el movimiento jornalero andaluz
en su justa lucha por la tierra.
Nuestra solidaridad
y apoyo a Diego Cañamero, cuyo proceso, al ser un reconocido y respetado
sindicalista jornalero, no es sino un intento de escarnio al conjunto del
movimiento obrero del campo en Andalucía.
Nuestro convencimiento de que tanto las Turquillas,
como el resto de tierras y latifundios sin cultivar en Andalucía, matan de hambre
al pueblo trabajador, por lo que deben pasar a manos de los y las jornaleras
para su uso. La reforma agraria
es un requisito indispensable para que el campo andaluz sea dueño de su propio
futuro.
La represión que el estado lleva recrudeciendo desde hace
años hacia los movimientos sociales y en especial hacia el movimiento sindical,
con los conocidos casos, entre muchos otros, de Carlos y Carmen en Granada,
Alfon en Madrid y ahora de nuevo también de Cañamero, ponen sobre la mesa el
miedo de los poderosos cuando los y las de abajo luchamos juntos por un reparto
más justo de la riqueza. Ante este tipo de represión de los de arriba solo cabe
una única respuesta, que es la de hacer efectiva la vieja consigna de “nos
tocan a un@, nos tocan a tod@s”, sin importar
colores ni banderas.
Ni Diego Cañamero, ni ningún otro sindicalista represaliado
en estos últimos años por su pelea sindical son o han sido jamás criminales,
aunque como tales se empeñe el estado en tratarlos. El verdadero crimen y los
verdaderos criminales son quienes han realizado reformas que subyugan al pueblo
trabajador, especialmente al andaluz, a condiciones materiales inhumanas
soportando un umbral de la pobreza superior al 20%. Cañamero no podrá hablar
con ningún ministro para ver “qué hay de lo suyo”.
Cuando vengan a por uno de los nuestros, sólo podrá contar
con nosotros y nosotras mismas. La única salida es la solidaridad con todas las
personas que luchan.
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